Luego del prolongado receso decembrino, tiempo de reflexión y revisión de nuestro quehacer diario durante todo un año, y agobiado por la inclemencia con que el fenómeno climático azotó vastas zonas de nuestra geografía, causando en un gran número de familias la pérdida de sus bienes materiales y en ciertos casos la desaparición física de sus seres queridos. El Liceo "Simón Rodríguez" abre nuevamente sus puertas de las aulas de clases para continuar con la formación de sus estudiantes. Y que más oportuno que iniciarla con la preparación para celebrar la Paradura del niño. El día lunes 10 de enero ocurrió el tradicional robo del niño santo del tradicional pesebre que elaboran los estudiantes en el plantel. ¡Pero cómo es la tradición?
Recorriendo la topografía andina, específicamente en los estados Táchira, Mérida y Trujillo, entre el 24 de diciembre y el 2 de febrero se lleva a cabo esta celebración, hermosa fiesta que metida en las casas, donde la devoción de sus habitantes se expresa en complejos y elaborados pesebres, la misma consiste en pasear al Niño Jesús en un pañuelo de seda, con cantos y procesiones. El día de la celebración, músicos, cantantes, rezanderos y padrinos entonan coplas pidiendo al Niño Dios que bendiga las casas y los campos, en nuestro caso pedimos por el futuro próspero de nuestro liceo. Cuando termina el paseo, el Niño es regresado y vuelto a colocar en el Pesebre, pero de pie.
Niños disfrazados para una paradura
En el plantel los estudiantes se incorporan a la procesión, pero en algunas poblaciones, una persona simula robar la imagen, ( en el liceo, cualquier miembro de la institución lo hace), que permanece escondida por tres días, entonces se negocia con gran ceremonia su devolución por parte de un cortejo integrado por niños ataviados como la Virgen, San José, los Reyes Magos, pastores, ángeles, a quienes se suman las autoridades de la localidad. Esta celebración se llama Robo y búsqueda del Niño. Todas las acciones se acompañan con aguinaldos, romances, décimas y coplas. Es importante acotar que en el Liceo Simón Rodríguez la parte musical loa coordinaba la profesora Omaira Martínez y el profesor José Córdova, los cuales han recibido el beneficio de jubilación por años de servicio. Es propicia la oportunidad para felicitarlos y desearles lo mejor en sus metas futuras.
La idea popular de representar la vida del infante Jesús sigue con el Robo, Búsqueda y Paradura del Niño, desde el primero de enero hasta el 2 de febrero. Con lo primero se recuerda al niño perdido y luego hallado por su angustiada madre platicando en el templo con los doctores de la ley. Este hecho es escenificado mediante la idea de hacer desaparecer o robarse de un pesebre la imagen del Niño, irla buscando por el pueblo hasta llegar a la casa donde se sabe está. Es un acto de calle, semejante, en esencia, a la búsqueda de posada por parte de San José para el nacimiento de su hijo. El hallazgo del Niño genera toda una fiesta de la que no están excluidas la diversión generalizada y el consumo de bebidas espirituosas.
Ritual religioso y liturgia popular
La Paradura es una ceremonia en la que predomina un ritual religioso, sustentado, como tal, en una liturgia popular con rezos, cantos y, al igual que en La Búsqueda, con un alto sentido colectivo. Se lleva a cabo en casi todas las poblaciones de los estados Mérida, Trujillo y Táchira. De manera menos masificada, en otros lugares del país donde la inmigración de andinos es significativa. En principio es una fiesta hogareña de origen colonia¡ de confraternización entre vecinos. Previo a la celebración son elegidos los padrinos, «que deben ser hermanos o casados entre sí», aunque esto no se cumple al pie de la letra, quienes además de su rol en el ritual están comprometidos a surtir con velas, chucherías, bizcochuelos, botellas de vino la celebración.
Todo se inicia con el Robo del Niño por algún vecino, en el mes de enero. Los dueños de la casa donde se realizó el robo están obligados a montar la fiesta, en la que según algunos no se puede bailar por respeto al hijo de María. Sin embargo, en algunos centros urbanos, el baile es lo principal y suele durar varias horas. La ceremonia se inicia con el reparto y encendido de velas comunes y corrientes entre los presentes; a los padrinos les corresponden las más grandes y adornadas. Todos rodean el pesebre y frente a él se paran los padrinos con un pañuelo o una cesta en sus manos, mientras los cantores entonan:
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