Conocida como la semana mayor, cambia de fecha, respecto a los años anteriores, aunque claro está es en el mes de abril. Recordemos que el año litúrgico se traza por el año lunar, y no al calendario común. Todo esto debido a que los judíos celebran la pascua en luna llena, que rememora el momento de Jesús junto a sus discípulos. Es por ello que la Santa Sede, ésto es, El Vaticano fija el jueves santo en la luna llena que se presenta entre los messes de marzo o abril, y viene a ser el centro de su liturgia. A partir de aquí varían las demás fechas de la iglesia. Lo que no cambia, ni se inmuta es la fe de los hombres que desde hace dos mil años siguen buscando redimir los pecados, es por ello que los verdaderos católicos deben cumplir con los signos de la semana mayor como lo es el ayuno, la oración y la limosna. Es necesario que el verdadero cristiano asuma la defensa del prójimo ante la injusticia y que busque el rescate de los valores que puedan permitir a toda la humanidad y sobre todo a los jóvenes esperar una verdadera comunión con Cristo Jesús.
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